La desmesurada sustitución de altos cargos tras el cambio de gobierno

Fuente: 
politikon.es

El BOE lleva un mes escupiendo nombramientos. Tras la moción de censura el relevamiento de altos cargos en la Administración General del Estado (AGE), Organismos Autónomos y empresas públicas ha sido casi total: secretarios y subsecretarios de Estado, directores y subdirectores generales, gabinetes y un largo etcétera. El quítate tú para ponerme yo tampoco ha cambiado en esta ocasión.

Este proceder es tóxico, porque lesiona los incentivos de los funcionarios y la continuidad de la Administración y genera tratos de favor o premios de lealtad a personas de la cuerda que no siempre cuentan con la formación o experiencia adecuadas. Esto no es nuevo, pero es un problema grave y debe cambiar: una administración íntegra, competente, eficaz y comprometida con el interés público requiere estabilidad e independencia de la influencia política, dos aspectos que el actual sistema compromete.

El relevamiento de personal de mayor escalafón es desmesurado en España en comparación con los países de nuestro entorno. Según la OCDE, los gabineteros y los senior managers en nuestro país son sustituidos casi en el 100% de los casos (secretarios y subsecretarios de Estado, directores y subdirectores generales). Mientras, en el siguiente nivel –middle managers– se sustituye hasta en un 50% de los casos (funcionarios de los grupos A1, que tras estar en “comisión de servicios” regresan a su puesto original). Sólo permanecen los del siguiente grupo (asimilables a funcionarios del grupo A2). Aunque estos datos se circunscriben al ámbito de la AGE, nada induce a pensar que la situación en la administración autonómica sea diferente.

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