Los cinco retos de Meritxell Batet en Política Territorial y Función Pública

Fuente: 
elespañol.com
  • La política catalana debe normalizar la relación entre el Gobierno y la Generalitat y rebajar la tensión social con un horizonte de posibles condenas y extradiciones.
  • También tiene que abaratar la Administración eliminando duplicidades y mejorando la productividad de los funcionarios.
  •  Pedro Sánchez forma el Gobierno más feminista de la Democracia.

No ha habido pieza informativa sobre Meritxell Batet, que se haya publicado en los último días, que no haya subrayado como principal reto de su ministerio el desafío catalán. Siendo sin duda el desafío independentista el principal reto al que se enfrenta la política catalana, no son menores sus obligaciones y cometidos como máxima responsable del Gobierno en el funcionamiento de las administraciones del Estado y sus tres millones de empleados públicos.

Reto 1. Rebajar la tensión en Cataluña

Se trata de una misión en toda regla, por más que su éxito depende en buena medida de gestos y guiños tendentes a restaurar un clima de confianza entre el conjunto de la sociedad catalana y el resto de la sociedad española. La designación de esta política catalana defensora del federalismo como ministra ya parece ser un primer paso, al menos, en el ámbito de las intenciones. Le hará falta mano izquierda y mucha suerte: sobre todo en un horizonte de condenas a los golpistas y posibles extradiciones.  

Reto 2. Normalizar la relación con la Generalitat

Se trata de un asunto tan importante como el anterior y que responde no sólo al campo de las emociones, sino fundamentalmente al de las leyes. Los separatistas intentan crear un ficticio conflicto entre la legalidad del Estado y la de la Generalitat. A Batet le tocará hacer pedagogía de la Constitución -para dummies y exaltados- y, a demás de "tender puentes", hacer valer el encaje de las distintas administraciones bajo el armazón constitucional.

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