El teletrabajo sacude la Administración: ¿adiós a la cultura de 'calentar la silla'?

Fuente: 
lainformacion.com

La Administración del Estado operó hasta hace poco menos de un mes con un mayor volumen de personal trabajando desde sus domicilios que en las oficinas. Más de 110.000 funcionarios del Estado llegaron a trabajar desde sus casas a principios de mayo, en muchos casos con sus propios equipos y 'tirando' de la conexión a internet que contrataron para su uso particular. En estas condiciones, el personal público ha tramitado millones de prestaciones, practicado millones de deducciones, gestionado similar cifra de aplazamientos y sacado adelante cientos de miles de ERTE. De repente y a la fuerza, el teletrabajo se ha convertido, no sin problemas, en la principal herramienta de gestión de Recursos Humanos en la Administración Pública- al igual que en el sector privado - y muchos se han dado cuenta de que el desempeño puede ser tanto o más productivo trabajando desde casa que cumpliendo un horario en la oficina. 

Los cuerpos superiores de la Administración, la 'cantera de funcionarios de élite' de la que se nutre la escala directiva de la Función Pública, valora la experiencia como un éxito y estos días ultima un documento de propuestas, al que ha tenido acceso La Información, cuyo objetivo es aprovechar la coyuntura para revisar de arriba abajo la gestión de los recursos humanos en el sector público y abolir de forma definitiva la cultura del 'presencialismo'.

"El teletrabajo ha llegado para quedarse", subraya el informe, al que la Comisión de Igualdad de Fedeca aún le está dando los últimos retoques, pero la organización entiende que hay que superar el enfoque tradicional de que se trata de una medida para ayudar a la conciliación de la vida familiar y laboral y configurarlo como "un nuevo modelo de organización de los recursos humanos, con múltiples aspectos positivos para las organizaciones públicas y su personal". En concreto, los cuerpos superiores de la Administración ven el auge accidental del teletrabajo como consecuencia de la Covid-19 como una oportunidad para introducir cambios estructurales en la Administración, acabar con esa inercia presencial en virtud de la cual si no se está en la oficina no se está trabajando y avanzar hacia un modelo de trabajo por objetivos, "no por horas", y retribución según el desempeño, por el que llevan años peleando.

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